Medianoche





Darse una vuelta con él bajo la luna de medianoche es de las cosas que más extraña Ana. Desde que se fue, ella ya solo pasea por la casa y finge que vive. Come y mira la tele hasta que acaba en un bar donde bebe más whisky que sangre tiene en sus venas. Cuando Ana se despierta, la cabeza le duele mientras examina sus ojos hinchados en el espejo y se jura que alguna vez fue guapa. De repente, alguien la besa a pesar de su mal aliento. Deberían darse una vuelta por la medianoche, piensa, intentándose engañar. 

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