Persecución


La había jodido.

El coche corría todo lo que podía, pero no conseguía alejarse de la policía. Requiebros, engaños y callejones. Lo había intentado todo. Pero era inútil.

No le quedaba otra. Tenía que seguir apretando el acelerador, sintiendo la muerte en cada curva. No podía frenar, las balas estaban demasiado cerca ya. Alguna había impactado en la carrocería.

Miró para atrás. Un coche se había estampado con un camión estacionado. Pero seguía teniendo dos coches patrulla encima de él.

Para rematar oía un ruido desde el aire. Genial, habían llamado a un puto helicóptero. Ahora sí que no podría huir de ellos en la puta vida.

Miró su pistola. Por un momento pensó en reventarse la cabeza. Jodería a los polis no pillarle vivo para sodomizarle. Además tendrían que recoger todos sus trozos de cerebro y de cráneo, a la vez que se manchaban de sangre. Soltó una carcajada. No sería una mala muerte. Elegido por él, no por unos gilipollas. Y además daría por culo un rato.

Pero no, él no era un suicida. Él era un guerrero. Cogió la pistola y disparó. Tuvo suerte y dio a un madero. Volvió a reír y aulló:

-Chúpate esa, puto madero de mierda.

Y tras una pausa volvió a su discurso de incoherencias.

-Putos maricones de mierda. ¿Creéis que podéis conmigo, chupapollas?  Tendréis que dejar de actuar como señoritas para ello.

-Hostia puta, soy un jodido guerrero, joder. Me cago en la zorra que os parió. Os voy a reventar la cabeza mamones.

Reía como un loco. Estaban cerca. Una de las ventanillas recibió el impacto de una bala. Pero él no se inmutó. Cogió su botella de vodka y le dio un buen trago. Ya que moría, que sea como un buen ruso. Con vodka en las venas.

Volvió a disparar. Se le acabaron las balas. Pero no demostró miedo. Como si los policías disparando no fuesen con él, cogió un CD de la guantera. A esta persecución le faltaba banda sonora.

Era una música que había oído durante sus años en España. Y al mismo tiempo que la canción, cantó, mejor dicho aulló:

-No he de rendirme aunque caiga al andar. No estaré vivo si he de huir. Si por vivir, no he de ser dueño de mí- tras una ligera pausa gritó con todas sus fuerzas- MEJOR  EN PIE MORIR.

Notó un pinchazo en el hombro. Le habían dado. Vio la sangre resbalar. En ese momento decidió realizar una última llamada.

-¿Diga?

-Cariño, no hagas comida para mí. No voy a volver a casa.

-Ok, cariño. ¿Vendrás a cenar?

-No, pero ya que estas procura que mi funeral sea la polla.

Y finalmente una bala acertó en su cabeza. Cuando vieron su cadáver, pudieron ver una sonrisa irónica. Al final les iba a tocar limpiar su sangre. 

Comentarios

  1. Muy bueno. Pero revísalo. Hay algún fallo al final. Ah, y la canción de Tierra Santa en la primera estrofa lo que dice es "Mejor en pie morir" :P

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Un último Baile

Los ojos del hombre de arena 

Cristo, ten piedad